Desde el inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza estamos viendo imágenes del horror desencadenado con la destrucción masiva de edificios, infraestructuras y viviendas con sus moradores dentro. Las víctimas infantiles son muy numerosas. La especial sensibilidad pública, en cualquier cultura, al sufrimiento infantil está motivando que el rechazo general a esta intervención israelí -iniciada por un acto terrorista de Hamás con numerosas víctimas civiles- sea generalizada. A pesar de ello, es chocante que muchas personas apoyen acríticamente la intervención israelí y no manifiesten el rechazo al terror indiscriminado que cae sobre la población gazatí. Y que esas personas se identifiquen mayoritariamente con la derecha y ultraderecha española es vergonzoso e indicativo.
En estas fiestas navideñas, es muy común imaginar y realizar belenes con distintas ambientaciones. Un servicio de Traumatología de un hospital mostró su belén, adaptando al niño Jesús en la cuna con una escayola y una sujeción típica de fracturas de pierna. Sin duda, la situación actual favorecía otras analogías entre el niño Jesús de Judea, territorio que el Imperio Romano pasó a denominar Palestina en el año 135 dc y la situación actual.
Sin duda, es un toque de atención, pero la realidad es más dura que lo simbólico y publiqué este tuit
A través una cuenta premium de X conocí otro vídeo más impactante de 6 minutos donde aparecían diversos niños y niñas con terribles daños. Me pareció oportuno mostrarlo. X me censuró.
Recuerdo los debates que hubo sobre mostrar los terribles estragos y daños del atentado del 11M de 2004 de los trenes en Madrid, una de las matanzas terroristas más crueles del yihadismo. Los medios de comunicación (no existía Twitter, creado en 2006 y la difusión de imágenes no era tan fácil como ahora) decidieron no mostrarlo por respeto a las familias de las víctimas. Nada de ello impidió comprender el horror desplegado con ese atentado. ¿Ahora es lo mismo? ¿Debemos evitar mostrar imágenes directas de las víctimas? En esta diferencia del tiempo creo que la sociedad se ha anestesiado mucho más que antes ante imágenes duras del terrorismo u otras catástrofes; sin embargo, ver a niños tan dañados impresiona mucho.
Una de las maneras de negar la gravedad de unos hechos es negarlos directamente o minimizarlos con justificaciones y vaguedades. Es lo que están haciendo mucha gente. Las autoridades israelíes han mostrado a los dirigentes internacionales vídeos terribles sobre la agresión terrorista de Hamás del 7 de octubre. Son imágenes, en su mayor parte no publicadas, pero que servían al gobierno israelí para motivar su adhesión a los dirigentes internacionales. Eso si parece ético pero no difundir imágenes terribles de los efectos de los bombardeos sobre Gaza.
En los argumentos de X rechaza la exposición de “escenas sangrientas gratuitas”. Creo que gratuitas no son en absoluto los efectos reales de bombardeos. Asimismo si hay “intención de provocar deleite en la crueldad”. Lejos de mi intención provocar deleite sino asco y rechazo a los que lo está produciendo. Si no retiraba el vídeo (extraído de una cuenta premium) mi cuenta seguiría bloqueada. Esto ocurrió muy pocos minutos después de publicarlo. Desconozco si hubo una denuncia (lo más probable) o no.
No publicaré el vídeo por aquí (desconozco si me pasaría lo mismo).
Las imágenes de niños chocados con pequeños movimientos espontáneos y quemaduras extensas, con ese polvo blanco que les llena por completo tras la explosión; una niña en el suelo del hospital con una fractura abierta de su pequeño fémur que no es capaz de gritar de dolor y mueve su pierna, junto a otros horrores similares conmueven a cualquiera.
Todos los negacionistas, justificadores, aduladores del régimen israelí; así como, los tibios comprensivos cuyo principal argumento es: después del ataque de Hamás ¿qué iba a hacer Israel, quedarse de brazos cruzados? se merecen ver, al estilo Netanyahu, esos vídeos del horror generalizado y multiplicado que está infringiendo Israel al pueblo de Gaza.